
Si, aunque no lo crean, me robaron la bicicleta, en Pittsburgh, USA.
Estaba estacionada al lado de la Catedral, durante la hora de misa, y con candado de cable de acero.
Grande fue mi sorpresa al salir de misa con el casco ya puesto y no encontrar mi bicicleta.
Ando por las calles y no puedo evitar mirar la gente en bici que ahora me parecen tan contentos y felices, o mirar los lugares donde se estacionan las bicis con cierta nostalgia.
Quizás es para practicar un poco de desprendimiento....
Lo cierto es que ya ma había acostumbrado a moverme rápidamente en mi bólido, y ahora me toca caminar.
Posteo la foto que le saqué cuando recién la había enchulado... ahora es sólo un recuerdo.
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